Educar, una de las claves para eliminar la contaminación por residuos plásticos

Last Updated: 22 de abril de 2025By

El plástico representa el 85% de los residuos que llegan a los océanos. Según el informe de UNEP, “De la contaminación a la solución”, al 2040 este porcentaje podría triplicarse, es decir alrededor de 50 kg de plástico por cada metro de costa, podrían entrar a los océanos.

Si aterrizamos este dato al plano nacional donde tenemos 1,576 km de costas (1,576,000 metros lineales de frente costero) (ONE, 2021) esta proyección podría indicar una entrada de 3,940 camiones de residuos plásticos (78,800,000 kg) al ambiente marino para el 2040, si se mantiene el sistema actual de producción-consumo-deposito que conocemos (“business as usual”).

Estas cifras, aunque alarmantes, forman parte de un reto global que requiere acción inmediata debido al impacto negativo que está generando la contaminación por plásticos en nuestros ecosistemas. 

Como plantea el Nordic Council of Ministers en su informe global “Towards Ending Plastics Pollution by 2040”, solo en 2019 el mundo produjo alrededor de 460 millones de toneladas de plásticos y genero unas 385 millones de toneladas de residuos. Este nivel de producción de plásticos a nivel global reta las capacidades de los sistemas de gestión que se tornan incapaces de recolectar y procesar tales cantidades.

Las evidencias globales apuntan a que solo abordar la contaminación por plásticos desde la gestión integral de residuos, no es la solución para evitar estas proyecciones, es necesario repensar el consumo, rediseñar el sistema hacia la circularidad y accionar hacia una producción y consumo sostenible del plástico. Para ello, es necesario una “transformación sistémica” donde la educación es el pilar clave para afrontar el reto más importante de esta década, eliminar la contaminación por plásticos.

La República Dominicana camina hacia esta transformación sistémica, apoyando la educación sobre la gestión de residuos como parte integral de las acciones hacia un desarrollo sostenible. Desde el gobierno central con la Ley General de Gestión Integral y Coprocesamiento de Residuos, Ley 225-20, que incluye artículos específicos sobre “promover la capacitación y realizar campañas educativas de sensibilización (…) para fomentar la cultura de recolección separada”; así como el nuevo Plan Decenal de Educación Horizonte 2034 el cual integra en su EJE 1 un “Programa de gestión de riesgo de desastres y acceso continuo a servicios de agua potable y saneamiento, y gestión sostenible de residuos en los centros escolares”. 

Esto evidencia algunos de los esfuerzos del Estado en formalizar acciones de circularidad y gestión de residuos en la educación.

De igual forma, a nivel de gobierno local, muchas municipalidades han liderado acciones significativas, algunas acompañadas por el PNUD, que buscan integrar la circularidad y la gestión de residuos en los planteles de educación y en grupos de jóvenes, dentro de sus jurisdicciones. Tal es el caso del Ayuntamiento del Distrito Nacional (ADN) y sus programas piloto de separación en las escuelas cercanas al Rio Ozama; la Unidad Ejecutora para la Readecuación de Barrios y Entornos (URBE) y sus campañas de concientización sobre cuidado del ambiente por medio de la gestión correcta de residuos locales; y del Ayuntamiento de Santo Domingo Este (ASDE) con el desarrollo de estrategias de comunicación comunitaria que han iniciado un cambio de comportamiento hacia la gestión de residuos.

También, otros ayuntamientos al interior del País, apoyados por programas como el Programa de Pequeños Subsidios del Fondo Mundial para el Medio Ambiente (PPS-FMAM), implementado por el PNUD, han logrado liderar acciones que enmarcan componentes de educación en las actividades de proyectos comunitarios, como es el caso de Santiago, logrando insertar la gestión adecuada de residuos y plásticos en la conciencia de las comunidades.

Desde el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), a nivel global, se han desempeñado diversos proyectos con un papel fundamental en la educación y la creación de conciencia sobre la contaminación por plásticos. 

A través de varias iniciativas, como Consumo 180º en Costa Rica, la campaña Aliados del Ambiente en Ecuador, Rescate Ozama en República Dominicana, entre otros, el PNUD ha promovido la integración de la educación ambiental en centros escolares, apoyando la capacitación a docentes y estudiantes sobre la importancia de reducir, reutilizar y reciclar plásticos.

Muchas son las buenas prácticas que se han realizado para integrar a la educación, en los diversos niveles y espacios, la gestión adecuada de residuos y plásticos y han generado cambios a menor escala en los sitios implementados. A pesar de ello, este enfoque individualizado no ha frenado el aumento de la contaminación por plásticos a nivel nacional.

A partir de diversas experiencias y lecciones aprendidas a nivel global, es importante ver la educación sobre la gestión de residuos y plásticos como un sistema completo, por ello es recomendable enfocarnos en las siguientes estrategias clave:

– Escalar las acciones locales a acciones nacionales: El poder de documentar, desde las instituciones del Estado, las acciones implementadas a nivel local y crear estrategias para implementarlas a nivel nacional es único y transformador. Reconocer las historias de éxito de las acciones antes mencionadas puede ser un factor de cambio, pero es necesario que estas sean colectadas, analizadas y de una forma u otra sistematizadas en lo que podría convertirse en un Plan Nacional de Educación sobre Circularidad de Residuos y Plásticos que busque entender la contaminación actual y las alternativas presentes, así como los diferentes sistemas de separación de residuos y su aporte a la salud.

– Educar sobre la responsabilidad extendida del productor: El esfuerzo del gobierno, a través del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, para elaborar e implementar el Reglamento de la Responsabilidad Extendida del Productor (REP) presenta una excelente oportunidad. Este reglamento puede ir acompañado de campañas educativas sobre REP en todos los niveles. Las acciones de recuperación de residuos incluidas en la REP ofrecen un espacio para pensarlas de forma eficientes y rápidas que incluyan el apoyo de las comunidades y que propicien un momento para que se les eduque adecuadamente sobre gestión de residuos como una ventaja para su desarrollo.

– Aprender de acciones globales y buscar la cooperación internacional:Entender los esfuerzos globales que se están ejecutando para eliminar la contaminación por plásticos y otros residuos, aporta a ver las acciones nacionales como parte de la lucha global. Muchos países se han destacado por implementar programas y planes nacionales de educación sobre gestión de residuos y plásticos, observando la transformación sistémica por la que han pasado en sus calles, ríos y playas. En este panorama, la cooperación Sur-Sur es crucial, ayudando a entender como han logrado estos cambios desde la educación y territorializarlos, puede ser una de las claves para acabar la contaminación por residuos y plásticos mal gestionados.

En este Día Internacional de la Tierra, es fundamental reflexionar sobre el impacto del plástico en nuestro planeta y el poder de la educación para revertirlo. Educar es apoyar a la transformación sistémica, formar a personas capaces de cambiar el modelo a uno más sostenibles, más inclusivo y que no deje a nadie atrás.

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