Este nuevo brote de viruela del mono es peor que el anterior
En mayo de 2023, la Organización Mundial de la Salud emitió un comunicado en el que declaraba el fin de la viruela del mono como una emergencia de salud pública. Poco más de un año después, el organismo se ha visto obligado a dar marcha atrás, ya que una epidemia mucho más grave se está propagando por gran parte del África subsahariana.
Según las estadísticas, desde enero se han registrado en el continente africano más de 15,000 casos de viruela del mono y 461 muertes, extendiéndose desde países como la República Democrática del Congo (RDC), donde la viruela del mono es endémica desde hace mucho tiempo, a otras 13 naciones africanas: países como Ruanda, Kenia, Burundi y Uganda, donde la enfermedad nunca había hecho mella.
Un brote más mortífero que quizá pudo evitarse
Para científicos como Boghuma Titanji, profesor asociado de enfermedades infecciosas de la Universidad de Emory que estudia los brotes de viruela del mono, este nuevo brote, más mortífero, es la consecuencia de que los guardianes de la salud mundial no hicieran lo suficiente la última vez.
Fue en el verano de 2022 cuando la propagación de la viruela del mono hizo saltar las alarmas. De repente, un virus que siempre se había contenido predominantemente en zonas de África Occidental y Central se extendía por todo el mundo. Entre principios de 2022 y diciembre de 2023, se confirmaron 92,783 casos de viruela del mono en 116 países, que causaron 171 muertes.
A pesar de estas cifras, su percepción como amenaza para la salud pública se desvaneció rápidamente. «El 95% de los casos durante el brote de 2022 se produjeron entre hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, que informaron de la exposición a través del contacto sexual o cercano con otra persona infectada», según Titanji. «Fue un brote muy focalizado, lo que permitió priorizar las vacunaciones entre esa red».
Los países del norte del mundo lucharon con éxito para suprimir el brote dentro de sus propias fronteras. Mientras tanto, de acuerdo con Titanji, la intensificación de la vigilancia vírica en los países africanos, que habían estado luchando contra un aumento constante de los casos de viruela del mono durante las últimas cuatro décadas, pronto pasó a un segundo plano en la lista de prioridades, lo que permitió que surgiera una variante potencialmente más problemática sin ser detectada.
La viruela del mono existe en dos subtipos principales, el clado 1 y el clado 2. Entre ellos, se cree que el clado 1 es el más extendido y es hasta 10 veces más mortífero, sobre todo entre grupos de población con sistemas inmunitarios debilitados o en desarrollo, como niños menores de 5 años, mujeres embarazadas y personas inmunodeprimidas. Esa es la cepa vírica que está detrás de este nuevo brote, y el motivo por el que los científicos especializados en enfermedades infecciosas están tan alarmados. Se cree que otro brote que se está propagando en Sudáfrica entre personas seropositivas está relacionado con el clado 2.
«El brote mundial de 2022 era del clado 2, y la mortalidad era inferior al 1% «, afirma Jean Nachega, médico congoleño especializado en enfermedades infecciosas y profesor asociado de medicina en la Universidad de Pittsburgh. «Ahora estamos hablando de una cepa que puede tener hasta un 10% de mortalidad».
Mientras que el brote anterior afectó predominantemente a poblaciones homosexuales, los datos indican que la nueva cepa se está transmitiendo de forma mucho más amplia, quizá inicialmente a través de redes sexuales y luego transmitiéndose a familiares. El mes pasado, Nachega y otros autores publicaron un artículo en la revista Nature Medicine en el que demostraban cómo un brote de viruela asiática comenzó en la pequeña ciudad minera de Kamituga, en el este de la RDC, a través de profesionales del sexo, antes de transmitirse a las vecinas Ruanda, Uganda y Burundi cuando los infectados regresaban a casa para visitar a sus familias.
”Esta región es rica en minerales y yacimientos mineros», explica Nachega, «y un gran número de trabajadores proceden de estos países. Reciben su paga a final de mes, se relajan con el comercio sexual y luego regresan a su país de origen para visitar a su familia, y así propagan la enfermedad por la región.»
Para Nachega, estas pautas de comportamiento indican un aspecto especialmente preocupante de cómo se ha adaptado la viruela del mono en los últimos años. Tradicionalmente, los brotes se producían por mordeduras de animales salvajes, consumo de carne infectada o los denominados episodios de propagación, en los que las poblaciones rurales que vivían cerca de animales infectados contraían la enfermedad. Sin embargo, ahora parece que el virus ha evolucionado hasta convertirse en una enfermedad que no solamente se transmite por vía sexual, sino que puede contagiarse fácilmente a familiares o a cualquiera que entre en contacto con los fluidos corporales de una persona infectada, lo que permite una propagación mucho más amplia.
“Cuando terminé la carrera de medicina, la pandemia del VIH estaba despegando. No queremos que esto se convierta en otra pandemia de una infección de transmisión sexual. Por eso tenemos que detener este brote del clado 1 a nivel regional antes de que alcance los niveles del de 2022, que acabó dando la vuelta al mundo”. El jueves, Suecia confirmó su primer caso del clado 1, en una persona que se había infectado durante un viaje por África.
Para evitar que la viruela del mono siga propagándose, advierte Titanji, es necesario un programa de vigilancia masiva, que incluya una combinación de rastreo de contactos, aislamiento y pruebas, seguida de campañas de inmunización a gran escala. Las vacunas existentes pueden utilizarse tanto para evitar que la gente contraiga el virus como para impedir que las personas infectadas sigan propagándolo. Sin embargo, llevar a cabo un programa de este tipo plantea problemas logísticos y financieros.
El conflicto armado hace estragos en el este de la RDC, donde se han detectado la mayoría de los casos, mientras que países como Burundi carecen de recursos para llevar a cabo la vigilancia necesaria: «De los 15,000 casos que se han notificado, solo entre el 10 y el 20% se están sometiendo realmente a pruebas de confirmación de la viruela del mono, porque muchos de estos países no tienen acceso a herramientas de análisis», aclara Titanji.
Hay vacuna. Es cara
Aunque la empresa Bavarian Nordic dispone de una vacuna eficaz contra la viruela del mono, los precios actuales, que al parecer oscilan entre 70 y 300 dólares por dosis, son inasequibles para muchos países, dadas las muchas dosis necesarias para combatir la amenaza. A principios de este mes, Bavarian Nordic y la Autoridad de Preparación y Respuesta ante Emergencias Sanitarias de la Comisión Europea anunciaronuna colaboración que permitirá donar 215,000 dosis de vacunas al continente africano, pero Nachega asegura que se trata de una mera fracción del número necesario para suprimir realmente el brote.
«Para controlar este brote en poblaciones de alto riesgo, la RDC necesita 10 millones de dosis», advierte, «así que esas 215,000 dosis son mejor que nada, pero tiene que haber alguna forma creativa de aumentar la producción de vacunas en los próximos dos meses si queremos marcar una diferencia significativa en términos de control de esta enfermedad. También va a llevar algún tiempo y muchas negociaciones sobre quién va a pagar. Las personas afectadas en estos países no pueden permitirse las vacunas si no hay donaciones o subvenciones de gobiernos u organizaciones filantrópicas».
Al mismo tiempo, recuerda Titanji, aún quedan algunas cuestiones científicas importantes por responder en relación con las víctimas mortales del viruela del mono hasta el momento. Aunque el sexo es una vía de transmisión, el virus también puede transmitirse por contacto físico una vez que se ha instalado en una comunidad. Por ello, los datos muestran que más del 70% de los casos y el 85% de las muertes se producen allí en niños menores de 15 años.
«La mortalidad en los niños es mayor, porque su inmunidad aún se está desarrollando», expresa Nachega. «Cuanto más joven eres, más vulnerable vas a ser».
Titanji cree que se necesitan estudios para determinar si la cepa vírica del clado 1 en sí es tan virulenta como se ha supuesto. Sugiere que la mayor tasa de letalidad del brote actual podría reflejar el hecho de que el virus se está extendiendo ahora por una población más amplia y alcanzando a niños de poblaciones rurales que viven más lejos de los centros sanitarios.
Titanji afirma que es vital que los países con mayores ingresos actúen con mucha más decisión para hacer frente a la propagación de la enfermedad en el África subsahariana en comparación con 2022, cuando la mayoría de los recursos se dedicaban a esfuerzos locales.
«Vivimos en un mundo muy interconectado», concluye, «este brote se veía venir».
Artículo publicado originalmente enWIRED. Adaptado por Mauricio Serfatty Godoy.